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martes, 5 de noviembre de 2013

Falsos mitos o falsas creencias sobre TDAH:

  Este apartado tiene como objetivo aportar las últimas evidencias científicas que permitan erradicar las falsas creencias sobre TDAH y desmitificar algunos de los falsos mitos creados alrededor del TDAH y sus implicaciones, así como evitar que los padres tengan miedos infundados u otras preocupaciones debidas a falsos mitos del TDAH.
Debido a que este trastorno no tiene un diagnóstico basado en una prueba diagnóstica concreta, unido al desconocimiento del trastorno tanto por los padres, familiares y pacientes, en muchos casos se crean falsas creencias a cerca del TDAH.
Estos falsos mitos del TDAH no tienen ninguna base científica que los avalen. Cabe señalar que entre estas falsas creencias del TDAH se encuentran algunas relacionadas con los síntomas del trastorno, con su existencia e incluso con los diferentes tratamientos.
Por todo esto, en esta página se pretende aclarar algunos de los falsos mitos del TDAH. 

  • El TDAH no existe, es un invento de la Psiquiatría norteamericana para etiquetar niños difíciles.
  • Aunque el TDAH existe, es un problema relativamente leve que desaparece con la edad.
  • Si un niño no es hiperactivo, no puede tener TDAH.
  •  El TDAH afecta sólo a los varones.
  •  El TDAH se debe a factores relacionados con alergias alimentarias, aditivos y colorantes u otros problemas ambientales.
  • El TDAH se debe a la mala educación proporcionada hoy día por los padres.
  • El TDAH es un trastorno debido a la forma actual de vida, que antes no existía y cuyas cifras están aumentando.
  •  El niño con TDAH necesita clases especiales.
  • El tratamiento farmacológico se utiliza en el TDAH para sustituir las intervenciones psicológicas y escolares, más costosas y eficaces. 
  • Los psicoestimulantes producen dependencia o su uso induce la aparición de dependencias. 
  • Los psicoestimulantes dejan de ser eficaces en la adolescencia.
  • Los psicoestimulantes son fármacos inseguros que producen múltiples efectos secundarios.
  • El tratamiento con psicoestimulantes debe interrumpirse en vacaciones y fines de semana.
  • Los psicoestimulantes alteran el crecimiento (por eso debe interrumpirse periódicamente)
  • No es bueno dar medicación a los niños. 

domingo, 2 de diciembre de 2012

Tres caras del matoneo.


Aunque las intimidaciones entre estudiantes han avivado un fuerte debate público sobre el ‘bullying’, los especialistas ya identifican el acoso laboral y cibernético.
Por: Redacción Vivir 
El 7 de noviembre, la noticia del suicidio de Tim Ribberink, de 20 años, conmocionó a Holanda. En una carta, el estudiante de historia les explicaba a sus padres cómo desde niño sus compañeros lo maltrataban, y ahora, a través de internet, los rechazos en la universidad habían vuelto la situación insoportable. Ribberink se quitó la vida tan sólo unos días después de que el mundo conociera la historia de la adolescente canadiense Amanda Todd, quien al ser víctima de constantes acosos sexuales a través de internet, decidió suicidarse. Tenía 15 años.
Para la especialista Delia Hernández, miembro de la Asociación Colombiana de Psiquiatría, estas conductas (las de las víctimas y las de los victimarios) son cada vez más frecuentes en Colombia y responden a “otras formas de ejercer matoneo”, término que hasta hace poco se había reservado para referirse a los acosos entre estudiantes de colegios. Según un estudio de la Universidad de los Andes el 29% de los estudiantes de 5° y el 15% de 9° manifestaban haber sufrido agresiones de parte de algún compañero. En los colegios se crean escenarios virtuales en los que “el más fuerte” pasa por encima del “más débil”.
El director de la misma asociación de especialistas, Mario Danilo Parra, agrega que dentro de los ambientes laborales los comportamientos abusivos entre jefes y empleados o entre compañeros de trabajo pueden tener impactos negativos profundos para la vida de los acosados, dentro y fuera del lugar de trabajo.
Amenazas personales, comentarios despectivos, humillaciones públicas, tácticas de intimidación, aislamiento y abusos verbales son las formas más comunes en que se evidencia el matoneo.
Con ayuda de dos profesionales en salud mental, El Espectador reconstruyó los testimonios de tres víctimas de esta práctica que, sin diferenciar estratos socioeconómicos, viene ganando terreno en las diferentes esferas de socialización.

En el colegio

La niña tiene 13 años. Es adoptada. Mestiza. Con marcados rasgos indígenas. Ingresa a un colegio de estrato alto con un esfuerzo sobrehumano de sus padres, que se consideran apenas “acomodados”. Apenas pisa la institución, se vuelve el blanco de un grupo de niñas que tienen el reinado en su curso.
Empezaron los comentarios: “Nos están invadiendo los motilones”. “¿Por qué reciben en este colegio a indígenas caucanos?”. Los trabajos en grupo eran una tortura. Una tortura que de alguna manera, por falta de conocimiento, de tacto, alimentaban los mismos profesores. “¿Qué grupo quiere recibir a Alejandra*?”, gritaban en medio del salón de clase cuando ya estaban todos los alumnos reunidos en equipos, menos ella. “A Alejandra también la tienen que aceptar”, insistían, empeorando la sensación de rechazo. La excluían de los juegos. Estaba siempre sola.
Cuando hablaba con algún profesor de lo que sentía, la respuesta era: “tenga personalidad, no mendigue afecto, sea autosuficiente, no dependa de la aprobación de sus compañeros”. Todos esos consejos, a una adolescente para la que “la relación con los iguales y la aprobación es fundamental”, explica la psiquiatra Delia Hernández.
El matoneo físico pasó a las redes sociales. Empezó a circular una foto suya acompaña de un titular que decía: “Esta niña busca un hogar”.
La niña entra en un cuadro de depresión severo. Se les informa a las directivas del colegio lo que viene sucediendo. Empieza a recibir tratamiento psicológico. Hoy está en manos de una profesional.

A través de internet
La futura víctima tiene 16 años. El victimario, 22. Se conocen a través de internet. Empiezan una comunicación constante, con un tono amistoso, de mucha confianza desde el principio. Hablan de los gustos, de los amigos, de la familia. “Con quién vive, cuáles son sus rutinas, cómo se divierte”, pregunta él, y ella responde con tranquilidad, con detalles que luego serán su condena. Acuerdan una cita para conocerse en un reconocido centro comercial de Cali. Se toman algo mientras hablan más de la vida de ella que de la de él.
La muchacha empieza a sentirse mareada. Le pide a su acompañante que la lleve a tomar un taxi. Caminan juntos hasta una calle cercana y él la dirige a un taxi que está allí estacionado. Se monta sola. En el camino empieza a sentirse peor. Mareos, náuseas, visión borrosa. De pronto todo está oscuro. Pierde la conciencia.
 Cuando despierta está en una especie de bodega. La rodean muchas personas. La rodean hombres que la empiezan a desnudar, a tocar, a violentar, mientras a lo lejos se ven destellos de flashes. Está ida. Está muy drogada. Al finalizar la tarde la joven es abandonada en un punto a las afueras de la ciudad.
Ya está más consciente y es capaz de llegar sola hasta su casa. No dice ni una sola palabra de lo ocurrido. Pretende ignorarlo, olvidarlo, pero días después empiezan a llegar a su cuenta en Facebook fotografías de ella desnuda en actitud sugestiva. De ella desnuda rodeada de hombres también sin ropa. Y con las fotos la amenaza de que si no cumple una nueva cita las imágenes empezarán a circular por las redes sociales.
Ella va al lugar que le indican. La llevan a una especie de discoteca, le inyectan heroína. Le meten a la boca un par de pepas y le dicen fresca que con esto se va a sentir bien. Luego la dejan en manos de un hombre que había pagado para tener sexo con ella. Al final, le dan unos pocos pesos para un taxi.
Cuando llega una nueva citación, cuando ya está sumida en la peor depresión y ha empezado a tener ideas suicidas, le confiesa a su hermano lo que ha estado sucediendo. Luego les dice a sus padres y deciden denunciar. El caso está en la Fiscalía. Ella está recibiendo tratamiento psicológico.
Tomado de Redacción Vivir. El Espectador. com. http://www.elespectador.com/noticias/actualidad/vivir/articulo-389667-tres-caras-del-matoneo

martes, 20 de noviembre de 2012

20 De noviembre: día del Psicólogo

Por Neverg Londoño Arias

El 20 de Noviembre de 1947, el Consejo Directivo de la Universidad Nacional de Colombia, presidido por el Dr. Joaquín Estrada Monsalve, Ministro de Educación Nacional, y el Dr. Gerardo Molina, Rector de la Universidad, aprobó el acuerdo 231, por medio del cual se creó el Instituto de Psicología Aplicada, que inició labores en el año 1949, encargándose de la formación de los primeros psicólogos de Colombia. Era evidente que algo pasaba en la familia, la ciudad, el país y el mundo en aquellos momentos de la historia para que la academia respondiera a estas necesidades inmediatas, de ayuda y acompañamiento.
Al año 1947, en el país, confluía toda una serie de eventos psicosociales generados por la violencia política con el enfrentamiento de los partidos políticos. A nivel mundial el caos reinante necesitaba la orientación de la gente nueva.
Después de dos guerras mundiales se gestaba un reacomodamiento en la nueva repartición del mundo; había desesperación, angustia y todas las sinrazones juntas. La constante de los conflictos en lo doméstico y lo mundial, era el poco respeto por la persona humana apoyado en el desconocimiento del otro, el que vive y piensa diferente. 
La generación anterior había fracasado, al ser incapaz de heredar paz y felicidad. La necesidad latente consistía en ayudar a las personas a buscar soluciones prontas a sus problemas comportamentales para que la vida no continuara siendo un despropósito sino un alentador camino hacia la tranquilidad, desde la perspectiva del cambio personal y social. La psicología podía ser una buena propuesta.
La Psicología parte de la Filosofía y encuentra su entronque en la Psiquiatría. Por cuestión de método, rompe con la Psiquiatría y con la Farmacología. Como ciencia, hace uso de la investigación orientada a facilitar el desarrollo humano en los diferentes espacios en los cuales le corresponde actuar con el único propósito de facilitar una mejor calidad de vida. Por las características de su método y su objeto, la Psicología y el Psicólogo “pertenecen privilegiadamente al ámbito de la salud”.
La Psicología trabaja los procesos mentales desde el discurso, la palabra, el verbo, desde las disciplinas conductista, humanista, analista y transpersonal.
Al aparecer la Psicología en Colombia se va desarrollando el proceso de consolidación de la profesión amarrada a las corrientes europeas y norteamericanas. La Ley 1090 del 6 de Septiembre de 2006: entra a reglamentar el ejercicio de la profesión y a dictar el Código Deontológico y Bioético. 
Para ejercer la Profesión de Psicólogo en Colombia, se requiere acreditar formación académica, idoneidad profesional y la Tarjeta Profesional expedida por el Colegio Colombiano de Psicólogos. El ejercicio profesional debe responder a las exigencias del medio social, en cuanto la Psicología clínica, organizacional, industrial, política, social, del trabajo, del deporte y legista. El campo de acción se extiende a la enseñanza, la asesoría; la evaluación, diagnóstico, pronóstico y tratamiento de las disfunciones personales en los diferentes contextos de la vida y el dictamen de conceptos, informes, resultados y peritajes.
El campo de acción puede ser individual o con la integración de equipos interdisciplinarios, desde el cumplimiento de las normas vigentes y los principios éticos que regulan la profesión.
Más allá de las formulaciones académicas y legales debe contarse con reconocimiento, aceptación y espíritu de servicio. Se puede considerar que hay algo para dar, algo que ha sido dado por la generosidad del universo para construir un poco de felicidad a quien acude en busca de una palabra de aliento para continuar el camino asignado por la vida.

Tomado de El Diario del Otun. http://www.eldiario.com.co/seccion/OPINION/20-de-noviembre-d-a-del-psic-logo121119.html

viernes, 28 de septiembre de 2012

¿Por qué entra sueño después de comer?

Las “caídas del sistema” que sufrimos tras una opípara pitanza pueden ser responsabilidad directa de la glucosa, que hace descender en el hipotálamo los niveles de oxerina, una clase de proteínas cuya misión es mantenernos alerta. El pasado mes de junio, Denis Burdakov y su equipo de investigadores de la Universidad de Manchester, en Inglaterra, demostraron que incluso una subida casi imperceptible de glucosa disminuye sensiblemente la actividad neuronal. Por eso, si quiere seguir despierto deberá evitar las comidas ricas en carbohidratos o grasa; en cambio, mantendrá los ojos bien abiertos tras un banquete de proteínas. Hay, no obstante, voces discrepantes. Según Eduard Estivill, director de la Unidad de Alteraciones del Sueño del Instituto Dexeus de Barcelona, esta sensación de sueño simplemente responde a la necesidad de descansar tras ocho horas de vigilia.